lunes, 25 de febrero de 2008

Garibaldi

Fue un militar y político italiano. Durante su juventud siguió los pasos de su padre, un marino de origen genovés, y estuvo embarcado durante más de diez años. En 1832 consiguió el título de capitán de buques mercantes. Mientras trabajaba al servicio de la marina sarda, tomó parte en un motín republicano en el Piamonte que resultó fallido. Si bien pudo escapar, fue condenado al exilio. Entre 1836 y 1848 vivió en Sudamérica, donde participó en varios acontecimientos bélicos, siempre al lado de quienes combatían por la libertad o la independencia. En 1842 fue nombrado capitán de la flota uruguaya en su lucha contra el dictador argentino Juan Manuel de Rosas. Al año siguiente, durante la defensa de Montevideo, organizó una legión militar italiana, cuyos miembros fueron los primeros «camisas rojas». Las noticias de su buen hacer como militar y estratega llegaron hasta Europa, adonde regresó en 1848 para luchar en Lombardía contra el ejército austriaco y dar un primer paso hacia la unificación de Italia, que fue su objetivo durante las tres siguientes décadas. Su intento de hacer retroceder a los austriacos no prosperó y debió refugiarse primero en Suiza y posteriormente en Niza.
Más tarde, en febrero de 1849 fue elegido diputado republicano en la asamblea constituyente, ante la cual defendió que Roma debía convertirse en una república independiente. En abril, se enfrentó a un ejército francés que intentaba restablecer la autoridad papal, y lo propio hizo en mayo ante un ejército napolitano. Si bien no tenía opción alguna de evitar la caída de la ciudad, su lucha se convirtió en uno de los más épicos y recordados pasajes del Resurgimiento. El 1 de julio, Roma fue finalmente asaltada, y Garibaldi y sus hombres se refugiaron en el territorio neutral de San Marino. Condenado por segunda vez al exilio, residió en Tánger, Staten Island (Nueva York) y Perú, donde regresó a su antiguo oficio de capitán de buque mercante.

lunes, 11 de febrero de 2008

Thomas alva Edison

Era un inventor estadounidense. Thomas Alva Edison fue educado en casa por su propia madre, que era maestra, pues a los siete años había sido expulsado de la escuela por «retrasado». Su interés se centró en especial en los temas relativos a los campos de la física y la química. Con tan sólo doce años Edison empezó a trabajar como vendedor ambulante de periódicos en los ferrocarriles. Más tarde inició la impresión de un semanario y montó su primer laboratorio en un vagón de tren. Después de trabajar un tiempo como telegrafista en Boston, se trasladó a Nueva York con la intención de establecerse como inventor independiente.
A pesar del poco éxito de su primera patente, relativa a una máquina destinada al recuento de votos, su afortunada intervención en la reparación de un indicador de precios del oro en la Bolsa, cuya avería había causado una crisis, le valió un contrato de la Western Union para introducir ciertas mejoras en dicho aparato.
Fue West Orange donde fundó el Laboratorio Edison –en la actualidad monumento nacional de Estados Unidos–, en el que tuvo como colaboradores, entre otros personajes destacados, al físico e inventor estadounidense de origen croata Nikola Tesla.
Entre otras de las muchas invenciones salidas de las manos y el ingenio de Edison destacan el telégrafo impresor, el telégrafo cuádruplex (1874), el micrófono de carbón (que mejoraba el desarrollado por A. G. Bell, inventor de la telefonía), el fonógrafo (1877), una máquina de dictado, el antecedente más directo del cine de los hermanos Lumière (el kinetoscopio, 1889), las pilas alcalinas (acumulador de ferroníquel, 1883) y diversos tipos de cemento y de hormigón.

viernes, 1 de febrero de 2008

Benito Pérez Galdós

Nació el 10 de mayo, 1843, en Las Palmas (Gran Canaria). Cursó el bachillerato en el Instituto de Canarias, de la Ciudad de La Laguna, Tenerife, entre los años 1853 a 1861,* donde estudió el arte (recibió premio) y empezó a escribir artículos para los periódicos. En septiembre de 1862, se fue a Madrid, para estudiar derecho, y es Madrid donde Galdós vivió el resto de su vida, y del cual se inspiró para muchas de sus novelas. En 1873 dejó la vida activa social, negándose el teatro, el café, la tertulia, y se dedicó exclusivamente a escribir. En sus años posteriores, Galdós sufrió de una progresiva ceguera, de la cual se quedó completamente ciego desde 1912. Sus últimos años fueron dedicados a un exclusivo grupo de amigos, quienes, con la ayuda de un secretario, ayudó a Galdós en sus últimos proyectos de novela y teatro. Se murió en 1920, el 4 de enero.
Galdós fue escritor prolífico: conocemos 32 novelas, 46 episodios nacionales, 24obras de teatro, así como infinidad de prólogos, artículos, cuentos y crítica literaria. Las novelas se pueden agrupar en las de su primera época artística tales como Doña Perfecta (1876) y Gloria (1877) y las que componen la serie de novelas colectivamente conocidas como las Novelas contemporáneas, las cuales incluyen sus mayores éxitos, como Fortunata y Jacinta (1886-87) y Misericordia (1897). Los episodios nacionales comprenden un análisis crítico de la historia social-política de España desde la Batalla de Trafalgar (1805) hasta la Revolución de 1868. El teatro galdosiano, de la úlitma etapa creativa del autor, tiene menos éxito que las novelas y episodios, aunque adapta varias de sus novelas para el teatro, como Realidad (novela 1889, drama 1892), El abuelo (novela 1897, drama 1904).
En general la temática abarcadora de la novela galdosiana se deriva de su interés en examinar la vida burguesa sobre todo la madrileña. Para ese análisis de clase Galdós se vale de la sátira, la parodia y la ironía para comentar las debilidades burguesas. Aunque abiertamente anticlerical, Galdós también tiene un lado "espiritual," sobre todo en las Novelas contemporáneas, que sería resultado de su amistad con el gran krausista Francisco Giner de los Ríos.
Su obra más importante son: Fortunada y Jasinta.

La Revolución Industrial.

La Revolución Industrial es el proceso de evolución que conduce a una sociedad desde una economía agrícola tradicional hasta otra caracterizada por procesos de producción mecanizados para fabricar bienes a gran escala. Este proceso se produce en distintas épocas dependiendo de cada país.
En la segunda mitad del siglo XVIII, en Inglaterra, se detecta una transformación profunda en los sistemas de trabajo y de la estructura de la sociedad. Es el resultado de un crecimiento y de unos cambios que se han venido produciendo durante los últimos cien años; no es una revolución repentina, sino lenta e imparable. Se pasa del viejo mundo rural al de las ciudades, del trabajo manual al de la máquina. Los campesinos abandonan los campos y se trasladan a las ciudades; surge una nueva clase de profesionales.
El concepto "revolución industrial" abarca dos fases: la primera Revolución (siglo XVIII y XIX) y su inevitable continuación, la Segunda Revolución Industrial (siglos XIX y parte del XX).
Los cambios que esta Primera Revolución industrial produce son de carácter irreversible, y alteran definitivamente las estructuras sociales y económicas previas.
El país donde, por primera vez se produce esta acumulación de cambios, es en Inglaterra a finales del siglo XVIII; los niveles de producción y progreso alcanzados por este país serán pronto imitados por el resto de potencias europeas, pero la incorrecta o incompleta combinación de los factores no les permitirá alcanzar las cotas inglesas. Por lo que hablar de factores de la revolución industrial es hablar del caso inglés. La vida social y las actividades económicas sufrieron cambios significativos por la aplicación de los progresos de la ciencia y la técnica en la industria.
Esta revolución viene a ser un proceso de cambio constante y crecimiento continuo donde intervienen varios factores: las invenciones técnicas (tecnología) y descubrimientos teóricos, capitales y transformaciones sociales (economía), revolución de la agricultura y al ascenso de la demografía. Estos factores se combinan y potencian entre sí, no se puede decir que exista uno que sea desencadenante.
Los medios de comunicación, los transportes y la metalurgia también mostraron grandes avances como consecuencia de esta revolución

Fuente: Monografias.

José de San Martín:

Nacido en Yapeyú, Corrientes, a los 5 años de edad, sus padres lo llevaron a España, donde lo inscribieron en el Seminario de Nobles de Madrid. El 21 de julio de 1789 fue designado cadete del Regimiento de Infantería de Murcia.Tuvo su bautismo de fuego en el Sitio de Orán (Africa) a los 15 años de edad. Luego combatió en España y Portugal contra los franceses. Se destacó principalmente en el combate de la Posta de Arjonilla, en Andújar, y en la batalla de Bailén. Por su actuación en esta última batalla, fue ascendido a teniente coronel y condecorado con la Medalla de Oro de los Héroes de Bailén. También combatió en la batalla de Albuhera, en la que las fuerzas anglo-hispano-portuguesas, al mando del general William Carr Beresford (que 5 años antes había participado en las Invasiones Inglesas al Río de la Plata) derrotaron a los franceses. Mientras revistaba en el Regimiento de Sagunto, San Martín, el 6 de setiembre de 1811, obtuvo la baja del ejército español y una autorización para trasladarse a Lima por razones particulares. Sin embargo, se trasladó a Londres y de allí a Buenos Aires en la fragata "Jorge Canning". El 16 de marzo de 1812, el Primer Triunvirato le confió la organización del escuadrón de Caballería de Granaderos a Caballo, con el que venció a los españoles en el combate de San Lorenzo (provincia de Santa Fe) en febrero de 1813.Por breve tiempo estuvo al mando del Ejército del Norte y después de organizarlo, coordinando la defensa de Salta con Güemes, se trasladó a Córdoba y de allí a Mendoza, en donde asumió como Gobernador Intendente de Cuyo. En Mendoza organizó el Ejército de los Andes, con el que cruzó la cordillera y venció a los españoles en Chile, en las batallas de Chacabuco (el 12 de Febrero) y Maipú (el 5 de abril de 1818). A comienzos de 1819, las autoridades chilenas lo nombraron general en jefe del Ejército Libertador del Perú. Después de combatir victoriosamente en Perú, entró en Lima el 10 de julio de 1821. Tras la independencia del Perú, San Martín fue proclamado Protector (jefe de gobierno) de ese país. En 1822, San Martín dejó el mando del gobierno peruano y se radicó en Mendoza, hasta que en 1824 se embarcó a Europa, en donde permaneció hasta su muerte, que ocurrió en Francia, en 1850.

Fuente: Clarín